La alegría es enorme. Cada año el
Notodofilmfest es más multitudinario y, por consiguiente, resulta más difícil
asomar la cabeza. Este año nada menos que unos 1200 cortos a concurso y “¡Qué
bello es delinquir!” será uno de los Finalistas!
La verdad es que el trabajo, la
ilusión y la entrega de todos y cada uno de los que convivimos aquél día en la
“casa de la depravación” fue enorme y por ello estoy doblemente contento.Este Festival desde siempre me impulsa a retarme y esta vez la prueba no me la puse fácil; fuisteis muchos los que os implicasteis sin apenas conocernos y, por tanto, mucha la responsabilidad que tenía de no defraudaros.
Gracias a todos por confiar en mí
y en mi propuesta.
Gracias a Javier, María y a
Manuel que se desplazaron hasta Valencia para rodar.A Lucía por aguantar, pese a su edad, todo un día de rodaje y además hacerse con todo el equipo como si fuera una más.
A Eusebio por embarcarse en la
aventura propuesta por un viejo compañero de carrera y representar a la
perfección su rol.
A Irene por su gran capacidad de
absorber todo y adaptarse perfectamente a lo que se iba necesitando.
A Álex por llevar en volandas con
su fuerza a cada uno de los visitantes que entraban en la casa.
A Laura por su convicción en el
difícil rol de ramera y a Antonio por el sincero júbilo con que acompañaba a cada
intervención ajena.A Paco, Juanfran, José Vicente y José María por sus impagables muecas y reacciones. Valen oro.
A Amparo que defendió
brillantemente su papel debido a bajas de última hora.
A José Luis por su entrada final demoledora con
un estilo que rompía muy bien con el resto.
A Rafa por saber combinar con
elegancia un porte señorial con una declaración completamente absurda.
A Jose Emilio, por su calculada exaltación
como inmobiliario abusador.
A Sebas, primero por su
fidelidad, compromiso y ayuda en todos los imprevistos que iban surgiendo y
segundo, como no, por su fogosidad a los mandos del piano.
A Peregrín por su difícil tarea
de dar verosimilitud a un fraile jugando a las damas, resuelta de manera
brillante.
A Pati ayudando en las diversas
tareas técnicas y sin la cual no hubiera podido dar a basto con todo. Gracias, Pat.
A los anfitriones del salón de la
malversación, Ramón y Pilar que, inconscientemente, me dejaron libertad total para
emplear su hogar, empezando por montar un árbol de Navidad a la una de la
madrugada.
A la pequeña Carla, por contener,
con la disciplina de un faquir, su llanto durante tantas horas con tan solo 2
meses de edad y además por ser mi motivación personal. Ya lo entenderás cuando
seas mayor…
Y a Majo, ayudante de todo y
compañera de este sueño en que me embarco cada vez que inicio un proyecto. Por
ahora no queremos despertar de este..
Ole con ole y olé!
ResponderEliminarguau!!!! un corto no es suficiente para describir o grande que eres, tu derroche de humildad al dar las gracia tan personalmente, te hace muy grande
ResponderEliminarGracias de corazón.